De las investigaciones del doctor Dino
Richiardo tras el final de la guerra.
2030 será recordado como el año de la
reconstrucción. El mundo que conocíamos había sido irreversiblemente trastornado,
nadie se habría imaginado como.
Digan lo que digan, es indiscutible que
perdidos la guerra contra los centauros estelares. Nos superaron tanto en el
campo táctico como en el tecnológico. ¿Qué fue lo que pasó al final?
La única cosa con la que los humanos no
habíamos contado ni para la que los centauros estelares se habían preparado lo
suficiente: varias bacterias infectaron a los invasores causando una epidemia
mortífera entre ellos.
En propio Adom pereció de una enfermedad
difícil de definir que le causaron bacterias del género Beggiatoa, que viven como simbiontes en las raíces del arroz.
No se habían vacunado contra las diferentes
bacterias, entre otras cosas porqué muchas de las que los acabaron afectado no
eran baterías patógenas para los seres humanos.
Aun me cuesta creer la ironía: los centauros
pusieron a la humanidad de rodillas solo para que los auténticos soberanos del
planeta los derrotaran a ellos. Por supuesto, hay supervivientes que se han
acuartelado en los Urales.
Ahora el mundo afronta la reconstrucción con
los acuerdos entre los diferentes gobiernos de las nuevas naciones: la unión
entre Canadá, Alaska, Montana y Maine; los Estados Unidos Europeos, la
República del Decán… No sé yo qué esperar de ellos, pero reconozco que se están
esforzando por no repetir los errores del pasado.
La verdad es que no sé qué esperar del
futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario